Héctor Islas, historia de un cronista inmortal

El año de 1955 fue inolvidable para aquellos jóvenes practicantes a convertirse en locutores de las radiodifusoras XECF ‘La voz del valle de El Fuerte’ de don Pancho Pérez Alvarado y la XEHS de don Manuel Ceferino Pérez Alvarado ‘el pinini’.

Los practicantes fueron; Héctor Islas López, al que impulsó el profesor Óscar Moreno Rivas, quien era compadre de don Pancho Pérez; Alfredo ‘el güero’ Hays Cruz, quien entró recomendado por su cuñado Octavio Ibarra Cota; Armando Tirado, que fue apoyado por don Héctor Arámbula y Gilberto Cruz.

A estos jóvenes aprendices les enseñaron el arte de la radio los locutores; Julio Manuel Zamarripa, quien venía de la ciudad de Mexico de trabajar como primer actor en la Compañía Teatral de las hermanas Anita e Isabelita Blanch, actrices de la época dorada del cine mexicano, Manuel Hernández que vino de Mazatlán, acompañando a don Evaristo Fregoso.

También Manuel Bojórquez Ortega, ‘guardacasa’ del ‘Cine Rio Fuerte’, a quien ‘el pinini’ Pérez le había dado la oportunidad de realizar prácticas, José Luis Elizondo Sánchez, que era sobrino de don Pancho y don Manuel Ceferino Pérez, Camilo Robles Valdez, sobrino de doña ‘Tey’ Robles, esposa de don Pancho Pérez y Octavio Ibarra Cota.

HÉCTOR NO SE ‘DOBLÓ’

Luego de aquel incidente en la radiodifusora XECF, cuando Camilo Robles dejó solo en cabina a Héctor Islas López y eso molestó a don Pancho Pérez, quien despidió a aquel jovencito, aquella injusta acción no ‘dobló’ a Héctor Islas que seguía presentándose a practicar de 9 a 11 de la noche a la radiodifusora. Todo ocurrió en el año de 1956.

Un sábado 15 de junio de 1957, Camilo le pidió a Héctor que le hiciera el turno de 6 a 10 de la mañana del domingo 16, porque iba a ir a Ahome a visitar a sus padres.

Héctor ‘madrugó’ ese domingo a las 5 de la mañana, ahí esperó en la banqueta a Camilo Robles que llegó, abrió la radiodifusora, encendió la planta y abrió el micrófono solo para dar la bienvenida al auditorio y se fue a la Villa de Ahome.

LA PROMESA DE PANCHO PÉREZ

Eran las 8 de la mañana de aquel domingo 16 de junio de 1957, estaba Héctor operando la consola de la radiodifusora XECF cuando sonó el teléfono. No era una radioescucha, era el dueño de la radio, el mismísimo don Pancho Pérez Alvarado

Héctor atemorizado contestó el teléfono, don Pancho le preguntó: ¿Estas listo para irte a México a presentar el examen de locutor? -Si señor-, respondió tímidamente el hijo de don Julio Islas y doña Rosario López.

‘Le voy a decir a Camilo que prepare todo, voy a darle instrucciones para que prepare todo para tu autorización, indico Pérez Alvarado.

HÉCTOR ISLAS, LOCUTOR 4418 CLASE ‘B’

El Examen de Aptitud para locutor se iba a llevar a cabo el lunes 9 de septiembre de 1957, faltaban tres meses y Héctor no tenía ni ropa ni dinero para realizar el viaje, pero con ayuda de sus padres, del profesor Óscar Moreno Rivas y del exalcalde de Ahome don Ernesto Álvarez Nolasco lo hizo.

Sus padres, don Julio Islas y doña Chayito López le dieron dinero para el viaje. El profesor Óscar Moreno Rivas, director de la Academia Comercial ‘Webster’, le entrego cien pesos y un amigo le prestó camisas, corbatas, pantalones, zapatos y hasta un veliz (maleta) para realizar el anhelado sueño.

El viernes 6 de septiembre de 1957 a las 8 de la noche, Héctor Islas López abordó un autobús ‘Tres Estrellas de Oro’ pagando ochenta pesos por el boleto de viaje. Los 160 pesos restantes los guardo en la esquina de un pañuelo como lo hacían las ‘húngaras’.

No había asientos. Héctor tendría que irse parado desde Los Mochis hasta Guadalajara, pero el conductor le prestó un banquito de madera para que pudiera sentarse ya casi llegando a Tuxpan, Nayarit.

Aquel muchacho que llegaría a ser uno de los más grandes cronistas deportivos de béisbol de la costa del pacifico, no había cenado ni desayunado porque iba casi sin dinero. En Tepic el autobús hizo una parada para comer. El chófer se dio cuenta que el muchacho no había probado alimento y lo invitó a comer.

DEL ‘REGIS’ A CASA DE DON ERNESTO

Al llegar a la Central Norte de Autobuses de la ciudad de México, Héctor se hospedó en el célebre Hotel ‘Regis’, el hotel de los sinaloenses. Por fortuna solo le cobraron veinte pesos por dormir esa noche del sábado 7 de septiembre.

Héctor Islas se encontró con don Pancho Pérez Alvarado, su esposa doña ‘Tey’ Robles y los pequeños hijos de la pareja Javier y Francisco ‘el chihuili’ Pérez Robles, en la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas de la ciudad de México (SCOP).

Don Pancho y su familia se habían hospedado en casa de don Ernesto Álvarez Nolasco, que era primo de doña ‘Tey’ Robles de Pérez. Don Ernesto le pidió a Héctor que se quedara en su casa.

AQUEL 9 DE SEPTIEMBRE DE 1957

En casa de don Ernesto Álvarez Nolasco y con su asesoría, Héctor Islas López se preparó para presentar el examen de locutor. Ese lunes 9 de septiembre de 1957 a las 10 de la mañana, aquel joven de 19 años de edad, sorprendió a los cuatro sinodales que le puso la Secretaria de Comunicaciones y Obras Publicas (SCOP) para evaluar su examen.

El examen escrito de cien preguntas fue aprobado con 85 puntos mientras que en el examen oral no hubo ninguna duda. Héctor pudo elegir la autorización Clase ‘A’ que era la más alta denominación y que hubiera servido para trabajar en radiodifusoras de frecuencia modulada (FM) y en televisión, pero su aspiración estaba cubierta, así que eligió por voluntad propia la Autorización Clase ‘B’ Número 4418.

¡HABÍA CUMPLIDO SU SUEÑO DE SER LOCUTOR!

Los recursos que tenía se habían acabado, fue don Ernesto Álvarez Nolasco quien le entregó dinero para el triunfal regreso a Los Mochis, Sinaloa.

‘Toma este dinero para que te regreses, es un regalo, le dijo Álvarez Nolasco, periodista de las revistas; ‘Siempre’, ‘Hoy’ y ‘Mañana’ de don José Pages Llergo. -‘Muchas gracias don Ernesto, lo tomo en condición de préstamo, yo se los pagaré-, respondió el recién autorizado locutor.

El domingo 15 de septiembre de 1957 Héctor Islas López se integró a la radiodifusora XECF como locutor autorizado. Fueron Héctor Arámbula y Armando Tirado los que organizaron la reunión para celebrar al nuevo locutor.

Entre los asistentes en la Sociedad Mutualista estuvieron Octavio Ibarra, Julio Manuel Zamarripa, Camilo Robles, Manuel Hernández y Manuel Bojórquez. Ya que la cerveza empezó a hacer su efecto, se dieron cuenta que el festejado nunca llegó.

Fiel a su costumbre, Héctor Islas López siempre se distinguió por ser metódico, ordenado, disciplinado y serio. Jamás dio motivo de discusión alguna. Fue un caballero del micrófono.

HONESDALE, PENNSYLVANIA

Héctor Islas trabajó durante cuatro años como locutor de la radiodifusora XECF hasta que en 1961, el profesor Oscar Moreno Rivas lo propone para que entre al Programa de Intercambio Estudiantil del Rotary International.

Héctor tenía 22 años, había iniciado una relación de noviazgo con la señorita María Concepción Valenzuela. Se iba a Estados Unidos pero su corazón lo había dejado en Los Mochis con su amada.

Héctor llego a la ciudad de Honesdale, Pennsylvania y se hospedó en casa de la familia Rutherford. Jugó la segunda base con el equipo de beisbol ‘Beachgrove’ bateando .423 milésimas de porcentaje.

Estaba haciendo polvo esa liga de beisbol colegial pero la nostalgia que lo invadió estaba haciendo mella. Solo estuvo dos meses en esa ciudad norteamericana cuando se regresó a Los Mochis, Sinaloa.

En 1961 bajo la tutoría y conducción del profesor Oscar Moreno Rivas, el joven Héctor Islas López de 22 años logro titularse como Contador Privado en la Academia Comercial ‘Webster’.

Su primer trabajo lo obtuvo en la empresa agrícola ‘Esteve Hermanos’ donde estuvo alrededor de un año como contador. Después ingresó a la Comisión del Rio Fuerte (CRF) que actualmente es la Secretaria de Agricultura y Recursos Humanos. Las horas de cabina en la radio jamás las abandono.

HÉCTOR Y ‘CONCHITA’; SUS CUATRO HIJOS

El domingo 14 de abril de 1963, el joven locutor Héctor Islas López contrajo matrimonio con la señorita María Concepción Valenzuela.

El martes 16 de marzo de 1965, Dios Nuestro Señor bendijo el hogar de los Islas Valenzuela con el nacimiento del primogénito de la familia, el niño Héctor Islas Valenzuela. El martes 24 de diciembre de 1968, nació Jorge Heriberto, el segundo hijo cuyo destino seria también la locución.

El viernes 15 de diciembre de 1972 nació Julio Arturo Islas Valenzuela que se dedicó a la administración. El sábado 22 de junio de 1974 nació el más pequeño de la familia, José Alfredo, quien sería un consumado deportista y cronista deportivo como su padre.

Héctor Islas López le agradecería a Dios Nuestro Señor, pues compartió micrófonos en la crónica deportiva con sus hijos Héctor y José Alfredo.

REPORTERO DEL PERIÓDICO ‘EL DEBATE’

El lunes 10 de junio de 1963 estaba recién casado, cuando Héctor Islas López se incorporó como reportero de la sección policiaca en el periódico ‘El Debate de Los Mochis’.

La primera nota que le mandaron a cubrir fue un aparatoso accidente automovilístico. Cuando llegó a la Cruz Roja y vio los cuerpos casi destrozados de dos cadáveres tuvo nauseas y vomito, regresó al periódico con don Lorenzo Valdez para renunciar, pero el célebre periodista de Cachoana y José Ángel Sánchez, que era el Jefe de Redacción, lo reacomodaron como reportero en la sección deportiva, donde se quedó colaborando con Octavio Ibarra Cota.

CRONISTA EN LA ‘CLEMENTE GRIJALVA’

En el año de 1968, don Pancho Pérez Alvarado había comprado un equipo muy avanzado para su época, era una consola con una antena a control remoto, con la cual se podía trasmitir a una distancia de hasta 30 kilómetros lo que era imposible en esa época.

Héctor Islas hizo un convenio con don Vicente Ibarra, entonces dirigente del sindicato de la Comisión Federal de Electricidad (CFE). El sindicato tenía uno de los equipos más fuertes de la liga de beisbol ‘Clemente Grijalva’.

En el autobús del equipo se iba a trasladar el equipo técnico además del cronista deportivo y mi tío Jesús Sierra, que era el técnico, para trasmitir los juegos de béisbol.

La primera trasmisión de radio de la Liga de Beisbol ‘Clemente Grijalva’ se realizó en el año de 1968 desde Olas Altas por la radiodifusora XECF que seguía escribiendo la historia de la radiodifusión.

Otras plazas desde donde se realizaron trasmisiones fueron; Ejido Chihuahuita, San Miguel Zapotitlán, Ejido Constancia, Juan José Ríos, Mochicahui y San Blas.

CRONISTA DE ‘CAÑEROS DE LOS MOCHIS’

El miércoles 7 de octubre de 1970, don Germán Ibarra que era el presidente del equipo de beisbol ‘Cañeros de Los Mochis’ y don Pancho Pérez Alvarado, que era uno de los socios del club, le dieron a Héctor Islas la oportunidad de convertirse en cronista del equipo junto con Octavio Ibarra Cota, esa actividad la realizó hasta 1975.

Esa gran oportunidad jamás la desperdició Héctor Islas que junto con el tehuequeño-mochitense Octavio Ibarra Cota, se convirtieron en leyendas de la crónica del beisbol de la Liga Mexicana del Pacifico, trabajando juntos durante 31 años. Fueron 31 temporadas escribiendo la historia del mejor beisbol de México.

CRONISTA DE LOS ‘ALGODONEROS DE GUASAVE’

Héctor Islas era reconocido como cronista y reportero de la sección deportiva del periódico ‘El Debate de Los Mochis’.

Fue en el año de 1975, el equipo ‘Cañeros de Los Mochis’ no participó en esa temporada, Octavio Ibarra se fue a trabajar como cronista del equipo ‘Mayos de Navojoa’ mientras que Héctor se enlistó con ‘Algodoneros de Guasave’.

A la redacción del periódico ‘El Debate de Los Mochis’, llegó don Oscar Chávez Castro, concesionario de la radiodifusora XEORO de Guasave, Sinaloa. El hermano de don Roque Chávez Castro era uno de los directivos del equipo de beisbol ‘Algodoneros de Guasave’.

A Héctor Islas le ofreció trabajo como Cronista Deportivo de ‘Algodoneros de Guasave’ para hacer equipo con los cronistas; José Trinidad ‘el mago’ Obeso, José Abel Orona López y Miguel Ángel Mesura Báez.

Héctor iba a ganar cuatro veces más de lo que ganaba mensualmente como locutor de la XECF y como reportero del periódico ‘El Debate de Los Mochis’.

Como el equipo no clasificó a los Play-Offs, la directiva tuvo perdidas y no le pagaron por su trabajo. Disposición de pagar había, lo que no había era dinero.

Junto con Héctor Islas, llegó al equipo ‘Algodoneros de Guasave’ el legendario batboy Manuel Álvarez ‘el cuate’ del meritito callejón ‘Brown’ de Guasave. Actualmente jubilado padece angina de pecho.

Héctor regresó a ‘Los Algodoneros de Guasave’ en la temporada 84-85.

También estuvo como Cronista del equipo ‘Mayos de Navojoa’ en la temporada 80-81.

REMEMBRANZAS

En los 43 años que Héctor Islas López fue locutor de cabina, tuvo programas en la radiodifusora XECF ‘Radio Mexicana’ con mucho ‘rating’ como fueron; ‘Amanecer Ranchero’, ‘Hits Musicales’ y ‘La Hora del Recuerdo’.

En su libro ‘Desde aquí hasta allá’, Héctor se despidió de todo su público y de la afición. Así lo escribió:

‘Cuando llegue el momento de viajar al más allá, lo haré con las manos limpias. ¡Ha!, pero eso sí, con mi alma y corazón cargados de satisfacciones. Y cuando llegue al divino paraíso, voy a tratar de subirme a la colina más alta y hermosa, para darle mi gratitud a Dios Nuestro Señor por haber sido yo una hoja del frondoso árbol de la vida. Ha sido maravilloso todo lo que he compartido con ustedes’.

Héctor Islas López sufrió un derrame cerebral el lunes 6 de julio del 2020. Sus hijos lo trasladaron a la Clínica ‘Santa Rita’ donde recibió atención medica.

‘Conchita’ su esposa, así como sus hijos, el doctor Héctor Islas, el locutor Jorge Heriberto, el administrador Julio Arturo y el cronista deportivo José Alfredo Islas Valenzuela le daban ánimos. Vas a salir adelante le decían. Héctor Islas López no podía hablar, no podía moverse, pero los escuchaba perfectamente. Solo dos lagrimas resbalaron por sus mejillas.

HÉCTOR ISLAS LOPEZ CUMPLIÓ SUS SUEÑOS

Aquel pequeño hijo de jornaleros agrícolas que aprendió a leer y a escribir casi a los ocho años, escribió y publicó cuatro libros sobre béisbol y un libro autobiográfico.

Logró titularse como Contador Privado. Logró autorizarse como locutor comercial y como cronista deportivo. Logró plantar varios árboles y heredar a cuatro hijos varones. Logró pasar a la inmortalidad como Cronista Deportivo junto a Octavio Ibarra cota.

Héctor Islas López dejo el mundo terrenal el miércoles 8 de julio del 2020 y ahora se encuentra en el paraíso de Dios Nuestro Señor.

Descanse en Paz Héctor Islas López

OÍDO POR CASUALIDAD

En la temporada 1979-1980, la directiva del equipo de béisbol ‘Cañeros de Los Mochis’ la presidieron; Roque Chávez López, Director de Promomedios Mochis; Enrique Yamuni Robles, Director Administrativo y hasta el ex alcalde de Ahome Manuel Urquijo Beltrán, amigo de ‘Roquito’, entre otros empresarios participaron de esa ‘aventura’.

Fue cuando la directiva prescindió de los servicios de Octavio Ibarra Cota, quien era el cronista oficial del equipo verde. En su lugar, Roque Chávez López y Enrique Yamuni Robles, trajeron de Veracruz al cronista Rafael Vergara, a quien anunciaban como ‘el cronista de apellido ‘sexi’.

Para acompañarlo contrataron a Héctor Islas López y junto a ellos hizo su debut profesional como cronista en la Liga Mexicana del Pacifico, el inolvidable y célebre locutor Simón Gámez Acosta, el nacido en Choix, tierra ‘que también es pueblo y se alumbran con ocote’.

Aquel miércoles 21 de noviembre de 1979, Enrique Yamuni Robles instruyó a los cronistas Héctor Islas, Simón Gómez y al fuertense Ernesto Ayala, que iba a encargarse de la trasmisión de radio, para que se fueran a Mazatlán, Sinaloa en el autobús del equipo ‘Cañeros de Los Mochis’. El equipo verde sostendría tres juegos contra ‘Venados de Mazatlán’ en el estadio ‘Teodoro Mariscal’ los días, jueves 22, viernes 23 y sábado 24 de noviembre.

El cronista veracruzano Rafael Vergara ya se encontraba en el puerto.

Cuando Héctor Islas, Simón Gámez y Ernesto Ayala llegaron a Mazatlán, Enrique Yamuni no había enviado ninguna orden al hotel donde se hospedarían, mucho menos llevaban dinero para desayunar. Los administradores tienen una bien ganada fama de ‘codos”.

Como no habían desayunado, los tres amigos y compañeros se quedaban viendo unos a otros mientras las tripas ‘gruñían’ de hambre.

Fuertense como es, Ernesto Ayala les dijo a Héctor Islas y a Simón Gámez, -Espérenme plebes, ahorita resuelvo esto’- ¿Que vas a hacer?, le pregunto Héctor Islas.

Mientras se quitaba aquel cinto ‘pitiado’, Ernesto Ayala le respondió: ‘Voy a vender mi cinto’, Simón Gámez y Héctor Islas se rieron ante la ocurrencia.

‘Neto’ Ayala vendió el cinto en 250 pesos y con ese dinero los tres pudieron tomar un opíparo desayuno. Una hora después Enrique Yamuni les informaba que ya tenían listo el hospedaje y el hotel, pero a Ernesto Ayala no se le ‘atoro’ la carreta.

Héctor Islas y Octavio Ibarra
Héctor Islas y Octavio Ibarra Cota con sus compañeros del periódico ‘El Debate de Los Mochis’