Las historias de amor existen…

Tengo una prima de El Fuerte que se vino a estudiar a la escuela preparatoria IMA de Los Mochis, aún venía con la corona puesta de Reina de la Feria de El Fuerte, Sinaloa.

Estudiando en Los Mochis, se quedó en casa de mi tío Jacinto Hernández Sierra, vecino de don Eugenio Valenzuela Ramos y doña Ofelia García Gastélum en esa misma ciudad.

Mi prima que quiero con todo mi corazón y que guardaré su identidad, conoció a Sergio Valenzuela García, Hermano del exalcalde Esteban “el chino” Valenzuela que era su vecino en sus años de adolescentes, se pusieron de novios pero el destino tenía otros planes para ellos.

Sergio se fue a Japón para una estancia profesional y mi prima logró que se creara una escuela en San Blas, municipio de El Fuerte. Se dedicó al magisterio como suele suceder en mi familia por parte de mi madre Francisca Sotomayor Sierra.

La hija de mi tío Diego Hernández contrajo matrimonio con un primo de Lola López, esposa, de Javier Ayala González, el matrimonio se separó tiempo después.

Unos años después, mi querida prima recorría los comercios de la plaza donde esta Liverpool junto con una hermana y de manera imprevista se encontró con Sergio, su primer novio.

Aquel encuentro casual sirvió para que ambos retomaran su relación sentimental de adolescentes. En la actualidad tienen dos hijos varones de apellido Valenzuela Hernández y un par de nietos.

El destino los reunió de nuevo.

Algo similar sucedió con Claudia Sheinbaum y su primer novio de estudiantes, el sinaloense Jesús María Tarriba, de Mazatlán, pero con raíces agrícolas en Culiacán.

Recientemente contrajeron matrimonio después de años de estar separados.

Dios hace posible lo imposible.

Al igual que a mi prima de El Fuerte, Sinaloa, deseo que Claudia Sheinbaum y mi tocayo Jesús sean felices.

Hay amores y amores, como decía en su canción Sergio Fachelli.

Nada es imposible para Dios.