Para nadie fue una sorpresa el resultado de la consulta indígena sobre la planta de amoníaco en Topolobampo, donde la mayoría de los pueblos indígenas votaron a favor del proyecto. Ya esperábamos ese resultado dijo el cobanaro Felipe Montaño Valenzuela.
Y es que dijo que prevaleció la compra de conciencias, la entrega de despensas y reparto de dinero por parte de GPO, pero además, durante la consulta hubo acarreo y funcionarios federales impidieron la presencia de observadores en los centros ceremoniales.
El gobernador tradicional de Ohuira, aseguró que cayó de sorpresa el apoyo a la planta, porque las cosas nunca se hicieron bien. “La consulta no fue previa, ni de buena fe, ni bien informada”, dijo.
Aclaró que los pueblos de Paredones, Lázaro Cárdenas y Ohuira también van a ser consultados, pero eso va a ser después de seguir los “protocolos de actuación de consulta” porque esa es la forma correcta de llevar a cabo este ejercicio.
Felipe Montaño criticó que el resto de los gobernadores tradicionales hayan hecho las cosas a su manera para favorecer a la planta. “Hubo acarreo de gente y todo lo que implica corrupción”, recalcó.
Señaló también que en la marcha que se llevó a cabo hace unos días en Los Mochis supuestamente a favor de la “planta de la muerte” estuvo plagada de mentiras y corrupción, porque hubo evidencia que en ella participó gente que no sabia ni a lo que iba.
Cabe aclarar que la consulta indígena arrojó resultados positivos para la planta de amoníaco en la mayoría de los centros ceremoniales consultados.
LAS IRREGULARIDADES Y EL DESCARO
La ex diputada federal Lucinda Sandoval denunció la entrega de despensas y dinero a la vista de todos por parte de GPO después de la consulta, además se le impidió impugnar el resultado en el Cerro Cabezón.
Benito Mirón de Gobernación y otros funcionarios federales impidieron que observadores ciudadanos tuvieran acceso a los centros ceremoniales, incluso negaron el acceso a medios de comunicación a los lugares de la consulta.
Durante la consulta hubo acarreo de personas en autobuses, entregaron sobornos de 200 pesos, tortas, refrescos y los indígenas pidieron a la empresa drenaje sanitario, pavimentación de calles, agua potable, rehabilitación de centros ceremoniales, comedores comunitarios, equipamiento de escuelas, reparación de alumbrado público, trabajo para sus hijos y nietos.
Solicitaron además venta de amoniaco a bajos precios y hasta regalado, subsidios para enfermos y suministro de medicamentos, pago de internamientos en centros de adicciones o construcción de una clínica contra vicios, entre otros beneficios.
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