Fue un regalo de Calderón a Peña Nieto. El outsourcing o subcontratación fue un regalo del panista para el priista a costa de los trabajadores mexicanos. Porque fueron ellos quienes pagaron con la pérdida de derechos laborales una ley que sólo benefició a algunos empresarios. Hoy esa ley no existe más a propuesta de López Obrador.
El Senado, con mayoría de Morena, aprobó una reforma que elimina la figura de outsourcing o subcontratación. El objetivo es eliminar las prácticas que dañan los derechos laborales, así como evitar la evasión de impuestos, la defraudación fiscal y la evasión en el pago de cuotas patronales al IMSS y al Infonavit. Justicia para los trabajadores. Así se resume en cuatro palabras.
Se acabó el sistema de simulación creado por los gobiernos de Felipe Calderón y Peña Nieto. Simulación que quebrantaba las leyes de seguridad social del país y lastimaba a los trabajadores. Simulación creada para favorecer a pequeños grupos de poder.
Con esta reforma promovida por el presidente se acaba el subsalario. Una práctica en la cual los trabajadores recibían una cantidad como salario, aunque oficialmente estuvieran registrados con otra cantidad muy inferior. Porque con el outsourcing se crearon esquemas de contratación falsos con prácticas que atentaban contra los trabajadores. Como esas empresas que cerraban cada año para no pagar utilidades, o que le pagaban a los trabajadores “por fuera” y con ello evadían el pago de impuestos y seguridad social. En todos los casos al final en esa cadena de injusticias el afectado era siempre el trabajador.
Esa cadena de injusticias alcanzó a todos. Porque esa ley que ya no existe lastimó a los trabajadores, pero también permitió la elusión y evasión fiscal, así como un desfalco al IMSS, al Infonavit y por supuesto a la hacienda pública. Perdían los trabajadores, perdían las instituciones de México y sólo ganaban un grupo pequeño de empresarios y malos patrones.
Con esta nueva ley que pone fin al outsourcing o subcontratación se nos hace justicia a todos. A los trabajadores de una fábrica que hoy por fin podrán tener las prestaciones y seguridad social que marca la ley. Se le hace justicia a los ejecutivos de empresas, incluso transnacionales, que a pesar de trabajar para estas, estaban dados de alta en otra empresa y no tenían acceso a prestaciones, ni generaban antigüedad ni recibían utilidades.
Pero esta ley le hace justicia también a México. Porque nos permite tener instituciones como el IMSS e Infonavit más fuertes y sobre todo porque mira al futuro y le da la posibilidad a los trabajadores de tener una pensión digna en el futuro.
El fin del outsourcing es un hecho histórico para México y sus trabajadores. En ello hay que reconocer al presidente López Obrador y a los empresarios por haber llegado a este acuerdo. Pero sobre todo por reconocer que en México, por muchos años, se había sido injusto con los trabajadores.
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