Cada 28 de junio se celebra el Día Internacional del Orgullo LGBT. En algunas partes esta celebración se extiende a todo el mes de junio durante el cual tienen lugar diversas manifestaciones cuyo objetivo es visibilizar la problemática que enfrenta la comunidad y luchar por el reconocimiento de sus derechos como el matrimonio entre personas del mismo sexo o el establecimiento de familias homoparentales.
Tras décadas de lucha, existen hoy todavía muchos claroscuros impulsados principalmente por gobierno locales en donde, hay que decirlo, a veces se enarbolan visiones de otra época. Con argumentos cargados de ignorancia se promueve la discriminación y se les pretende dar trato de ciudadanos de segunda a seres humanos que tienen, por el hecho de ser seres humanos, los mismos derechos que tú, que yo, que todos.
Es momento de construir un estado moderno acorde a la realidad que vivimos en el que se reconozcan los derechos de todas las personas sin importar la condición social ni mucho menos la orientación sexual de nadie. Ya basta de posiciones anacrónicas que sólo siembran odio para cosechar intolerancia.
A quienes no formamos, permítame decirlo así, parte de la comunidad LGBT, nos ha llegado el momento de evolucionar y dejar atrás actitudes y clichés que contribuyen al círculo vicioso en contra de los derechos y el trato digno de la comunidad.
De entrada, tenemos que dejar atrás suposiciones o lugares comunes como que alguien debe salir del closet y mucho menos hacer tema de ello.
Nadie le debe explicaciones a nadie sobre su orientación sexual y quizás terminemos por comprenderlo cuando dejemos comportamientos que podrán parecer inofensivos pero que contribuyen al clima de discriminación e intolerancia al que todos los días se enfrentan los miembros de la comunidad.
Ya basta de las burlas o los chistes cliché sobre la orientación sexual de las personas. Ya basta de los argumentos huecos en contra de reconocer plenamente sus derechos. Ya no vivimos en el siglo pasado. Es momento de cerrar por completo ese capítulo de intolerancia y dar pie a una nueva era de derechos plenos, de amor y de libertad.
Es momento de informarnos, de ser empáticos, de luchar junto a ellos para que acabe por fin esta época oscura. Es momento de que TODOS vivamos en un espacio seguro y sin violencia en donde podamos ser quienes somos con total aceptación y COMPLETA libertad.
A todos los que empatizamos con esta causa les digo. Todavía queda camino por recorrer y muchas batallas que ganar, pero tengan por seguro una cosa. Al final EL AMOR GANARÁ.
Mi respeto absoluto y apoyo solidario para las causas de la comunidad.
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